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¡Bienvenido a nuestra comunidad sobre Alzheimer y demencia en línea!

Este es un espacio dedicado a familiares, cuidadores, profesionales de la salud y todas las personas interesadas en aprender sobre demencia y Alzheimer. 

Aquí podrán encontrar información confiable, compartir experiencias y construir juntos una comunidad de apoyo.


Aspectos clave ante indicios de Alzheimer o demencia.


Cuando un familiar presenta indicios de Alzheimer u otra demencia, es crucial actuar con prontitud, empatía y organización. Estos son los aspectos clave que deben considerarse:


 1) Confirmación del diagnóstico


  • Consulta médica inmediata: Acudir a un neurólogo, geriatra o psiquiatra para evaluar síntomas (pérdida de memoria, desorientación, cambios de conducta).
  • Pruebas específicas: Pueden incluir resonancias magnéticas, análisis de sangre, evaluaciones neuropsicológicas y descartar otras causas.

2) Planificación


  • Organización de tutela: Definir quién estará a cargo del adulto mayor (hijos, hermanos, etc.) organización de cuentas, seguros, pensiones y gastos futuros (ej. cuidados profesionales).

3) Adaptación de la vivienda

  • Seguridad en el hogar: Eliminar obstáculos, instalar barandillas y luces nocturnas.Usar dispositivos de localización si hay riesgo de perdida.
    • Rutinas estructuradas: Horarios fijos para comidas, medicación y actividades.

    4) Manejo emocional


    • Paciencia y empatía: Evitar discusiones; usar frases simples y tono calmado.
    • Terapia psicológica: Para el paciente (si está en etapas iniciales) y para la familia (para manejar el estrés y el duelo anticipado).

    5) Cuidados a largo plazo


    • Red de apoyo: Involucrar a otros familiares o grupos de ayuda (ej. asociaciones de Alzheimer).
    • Cuidadores profesionales: Valorar opciones según la etapa (cuidadores a domicilio, centros de día o residencias especializadas).
    • Actividades estimulantes: Ejercicio físico moderado, música, terapia ocupacional o juegos cognitivos.

    6) Monitoreos y ajustes


    • Evolución de la enfermedad: Registrar cambios para ajustar cuidados y medicación.
    • Síntomas conductuales: Manejar agitación, ansiedad o agresividad con ayuda médica (pueden requerir fármacos o terapias no farmacológicas).

    7) Autocuidado del cuidador


    • Evitar el agotamiento: Buscar respiros (respiros familiares o servicios de relevo).
    • Informarse: Capacitarse sobre la enfermedad para tomar decisiones informadas.

    Preguntas frecuentes

    Estas son algunas de las preguntas más comunes sobre Alzheimer y otras demencias.

    Es un síndrome clínico, que se caracteriza por un deterioro mental progresivo, que determina una disminución de la capacidad intelectual de la persona, al punto que esto interfiere con su desempeño social y funcional, afectando su calidad de vida.

    En la actualidad no existen tratamientos disponibles para retrasar o detener efectivamente el daño cerebral que provoca la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, una persona con esta condición debiera ser tratada por un equipo interdisciplinario que aborde las distintas dimensiones de esta condición.

    Aún no se comprenden todas las razones por las cuales algunas personas padecen Alzheimer y otras no. Sin embargo, los investigadores aportan algunos factores de mayor riesgo:

    1. Edad: El envejecimiento es el mayor factor de riesgo. La mayoría de las personas con Alzheimer tienen 65 años o más.
    2. Familiares: Si sus padres o hermanos tienen la enfermedad de Alzheimer, se tiene mayor probabilidad de desarrollar la condición.
    3. Genética: Los investigadores han identificado muchas variantes de genes que aumentan las probabilidades de padecer Alzheimer.
    4. Deterioro Cognitivo: Cambios en la capacidad de razonamiento, aunque estos síntomas no interfieran en el desempeño cotidiano. El diagnóstico diferencial entre el deterioro cognitivo leve y la demencia es un factor determinante para definir Alzheimer.
    5. Nivel Educacional: Estudios han asociado una menor cantidad de años de educación formal con un mayor riesgo de Alzheimer y otras demencias.
    1. Dificultad para aprender y retener nueva información: se vuelve repetitivo, le cuesta recordar una conversación reciente, eventos, citas; pone los objetos en lugares incorrectos.
    2. Dificultad para realizar tareas complejas: le cuesta realizar una labor que requiere varios pasos, tal como cocinar, hacer un presupuesto, etc.
    3. Deterioro en la capacidad de razonar: es incapaz de responder con un plan para enfrentar problemas en la casa o en el trabajo. Han dejado de importarle las reglas de conducta social.
    4. Desorientación espacial: tiene problemas para manejar, se pierde en la calle, aun en lugares familiares.
    5. Deterioro en el lenguaje: presenta dificultad creciente para encontrar las palabras adecuadas en una conversación.
    6. Alteraciones en el comportamiento: aparece pasividad, o más irritabilidad que la habitual; puede malinterpretar estímulos visuales o auditivos.
    7. Cambio en sus hábitos: observar si ha cambiado su hábito de vestirse, puede verse desaseado, desordenado, llega tarde a la hora de la consulta, etc.

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    No, no es lo mismo. El tener problemas de memoria puede estar asociado a otro tipo de condiciones o patologías, por lo cual es fundamental descartarlos.

    La pérdida de memoria puede relacionarse con la edad y el nivel educativo de la persona; ahora bien, si se observa también alteración de la conducta y de la esfera funcional, podría tratarse de una demencia. Por tanto, es recomendable realizar una evaluación neuropsicológica completa para descartar y/o confirmar que esta dificultad esté o no asociada a demencia tipo Alzheimer.

    Las demencias se clasifican en dos: 

    De tipo degenerativas: siendo las más frecuentes el Alzheimer; la Demencia con Cuerpos de Lewy y la Demencia Frontotemporal.

    De tipo secundarias: como las demencias vasculares (isquémicas y hemorrágicas), por medicamentos, infecciosas, por cáncer, etc.

    La evaluación inicial puede ser realizada por cualquier médico, sin embargo, una evaluación más exhaustiva debe ser hecha por especialistas, ya sea un Neurólogo (especialista en trastornos cerebrales), un Geriatra (especialista en personas mayores) o un Psiquiatra.

    Las pruebas neuropsicológicas son útiles para diferenciar a aquellos sujetos que se encuentran en el límite entre envejecimiento normal y una demencia inicial.

    Ante la posibilidad latente de que un adulto mayor con Alzheimer se extravíe, la Policía de Investigaciones (PDI), entrega una serie de recomendaciones preventivas, como procurar que la persona utilice una tarjeta, pulsera u otro elemento con su nombre y número de teléfono para emergencias. Además es importante no dejarlos solos, o que salgan a la calle sin compañía. En caso de extravío, solicitar ayuda, consultar a vecinos, cercanos y familiares. También llamar a Carabineros (133) o la PDI (134). Esta última institución mantiene un programa denominado “Sebra” (Seguridad en Brazalete) destinado a evitar el extravío de personas, especialmente niños y adultos mayores, en eventos masivos.

    Más información:

    https://www.pdichile.cl/centro-de-prensa/detalle-prensa/2018/01/04/campa%C3%B1a-sebra—seguridad-en-brazalete

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